Saray era el nombre de Sara antes de que
Dios cambiara su nombre. En un arrebato de desespero por darle descendencia a
Abraham, su esposo le dijo: “ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego pues
que te llegues a mi sierva; quizás tendré hijos de ella” (Génesis 16:2). Cuando
nos asalta la angustia por alcanzar lo que tanto anhelamos, cuando no sentimos
que Dios atiende nuestros ruegos, cuando
pensamos que Dios se tarda, entonces es fácil sucumbir ante los atajos de la
vida basados en decisiones erradas. La equÃvoca medida tomada por Saray, en
lugar de darle paz y solucionar su conflicto, por el contrario lo agrando hasta
hoy.
Como mujeres sabias necesitamos confiar
en Dios. Que nuestra fe no se debilite en los momentos de prueba que vienen a
nuestra vida; mantengamos la calma y la paciencia; porque una mala decisión puede
empañar lo que Dios quiere hacer a través de mà para las generaciones futuras.
Busquemos la sabidurÃa de Dios para tomar las decisiones correctas en momentos difÃciles.
Escrito por.
Pastora Migdalis de Faneite
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Hermosas palabras llenas de sabidurÃa, Dios le siga dando palabras para seguir edificando nuestras vidas
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