GÉNESIS 2:1-10.- Una cruel sentencia de Faraón, rey de
Egipto, estableció que a todo varón judÃo nacido se le quitara la vida. Jocabed,
valientemente logra ocultar a su recién nacido Moisés, de la muerte hasta los
tres meses; pero no pudiendo hacerlo más, ideó un plan para entregarlo en manos
de Dios. Fue asà como hizo una cesta impermeable para colocarlo y llevarlo al
rÃo, dejando a su hija cerca para que velara por él. La hija de Faraón vio la
cesta, la abrió y encontró a Moisés, llamado asà por haber sido sacado del
agua. La hija de Jocabed se acercó y le dijo que habÃa alguien que podÃa
amamantarlo, ella busco a su madre, la cual tuvo la dicha de cuidarlo,
amamantarlo, criarlo y además recibió una gratificación por hacerlo.
Moisés fue uno de los más grandes
hombres de todos los tiempos, recibió una excelente educación por ser hijo de
la hija de Faraón. Su verdadera madre le enseñó los principios de la vida
de Dios, lo cual lo llevo a decidirse a defender a su pueblo.
Que importante es cuidar nuestros hijos del peligro que les acecha y educarlos cuando nos corresponde hacerlo: no sólo su vida fÃsica, sino su vida emocional, intelectual y espiritual. Levantemos nuestros ojos y hagamos lo que nos corresponde hacer, lo demás lo hará Dios. Enseñemos a nuestros hijos de tal manera que ninguna educación contraria cambie los principios establecidos en el hogar.
Que Dios nos ayude a ser mujeres sabias.
Escrito por:
Pastora Migdalis de Faneite